Regina Ullmann (1884-1961) fue una mujer marcada por una vida de desafíos personales y sociales. Nacida en una familia judía suiza, perdió a su padre en la infancia y, al trasladarse a Múnich con su madre, enfrentó dificultades que incluyeron el rechazo social y la maternidad en circunstancias complicadas. La búsqueda de paz la llevó a convertirse al catolicismo, pero su vida estuvo atravesada por el exilio, la persecución nazi y la soledad. Sus últimos años en Suiza le trajeron un reconocimiento tardío a su talento literario, otorgándole finalmente un lugar en la literatura alemana del siglo XX.
