«Cabe declarar que Dios —que es la ficción suprema— no es, sin más, sólo eso.
La última pregunta se formularía así: ¿Qué más es entonces Dios?».
Hace falta valor hoy día para abordar una cuestión con tantas aristas como la de la idea de Dios. Y hacerlo desde una perspectiva que parte de la experiencia poética requiere, además de valor, una peculiar honestidad intelectual y personal. Ése es el empeño de Álvaro Pombo en su primera experiencia en el campo del ensayo. Una obra que, desde lo «vivido y pensado en primera persona del singular», se despliega y ramifica en relecturas y reflexiones de enjundia y lucidez turbadoras.
La ficción suprema combina erudición, lecturas y vivencias con sutileza e intensidad; pasan por estas páginas recuerdos de infancia, poemas de juventud y sospechas de madurez, deslumbramientos y desapegos temporales, pero también Rilke, Kierkegaard, Heidegger, Wallace Stevens, Santo Tomás o superhéroes de cómics. El resultado es un luminoso ejercicio de búsqueda de sí conducido por un maravilloso lenguaje y esa sorprendente capacidad para deleitar en la búsqueda de ese Dios que se nos «sustrae» en cuanto aparece.
Incluye la correspondencia entre el autor y su editor que dio origen al libro. Una emotiva reflexión sobre el oficio de editar, la amistad y el conocimiento.